Dejando que se oxide el dinero público

«Hay días en los que es mejor no leer la prensa». Seguro que habréis pensado más de una vez, sobre todo últimamente. Lo malo la realidad no cambia al cerrar los ojos. Así que, aunque sea desagradable, tenemos la obligación moral de mantener los ojos muy abiertos y la voz muy alta ante todo lo que ocurra.

Esto mismo me ha pasado al leer este artículo de Europa Sur-1. Tubici, el sistema de bicicleta pública de Algeciras, fue inaugurado en septiembre de 2008 y cerró después de siete meses de actividad. Pues bien, ahora se ha descubierto que las bicicletas han estado encerradas desde entonces en un depósito municipal que bien parece un escenario sacado de una novela de Allan Poe: «Al abrir la puerta del almacén municipal una rata da la bienvenida. Una vez dentro del habitáculo, el panorama no deja de ser desolador: medio centenar de bicicletas oxidadas sobre un suelo convertido en ciénaga por las aguas fecales. Las telas de araña, el hedor y la humedad completan el paisaje». En estas condiciones, es normal que las bicicletas hayan quedado en el deplorable estado que muestran las imagenes.

Bicicletas abandonadas en un almacén municipal de Algeciras. Foto: Juan Perez Arriete. Europa Sur

Ante el revuelo que ha montado la publicación de estas fotos, el Ayuntamiento ha salido raudo a anunciar que revisará el estado de las bicicletas y donará a fines sociales aquellas que todavía puedan ser utilizables (Europa Sur-2). Sin embargo, el daño ya está hecho. Cerrar un proyecto a medio-largo plazo con una inversión de más de 100.000 euros pocos meses después de iniciarlo es síntoma de una pésima planificación, pero pero puede perdonarse. No haber acertado con el modelo y cerrar el sistema porque las bicicletas «se oxidan con rapidez y no tienen marchas» (Europa Sur-2) es un error que podía haberse evitado con (mejores) estudios de viabilidad, pero siendo benevolentes se puede llegar a excusar. Pero lo que no se puede conserntir es abandonar durante tres años en un sótano el dinero del contribuyente esperando a que se oxide. Esto es intencionado y premeditado. Esta misma decisión de la donar la bicicletas podría haberse tomado hace años. ¿Y por qué no se hizo? ¿Qué se ha hecho en todo este tiempo? Es hora de pedir responsabilidades.

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3 respuestas a Dejando que se oxide el dinero público

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  2. Pingback: Dinero público convertido en chatarra | La bicicleta pública en España

  3. Que rueden cabezas (metáforicamente) YA

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