Bicipalma, la bicicleta pública de Palma de Mallorca, está aún oficialmente en modo de pruebas, pero desde hace unos meses se trabaja en su formalización introduciendo modificaciónes en el sistema. La última vez que hablé sobre Bicipalma me mostré algo excéptico y crítico, pero debo admitir que esta vez me llevo mejor impresión. Entre las novedades que se han dado a conocer recientemente destacan las siguientes:
- El sistema dejará de ser gratuito, pero en vez de costar 24 euros el abono anual como estaba previsto (El Mundo-1) costará 15 (Diario de Mallorca): Otras veces he criticado la desproporcionada subida de precios porque puede disuadir al potencial usuario, así que esta rebaja en las pretensiones económicas me parece acertada ya que puede ayudar a reducir el impacto negativo de la tasa.
- El Ayuntamiento estima que un 10% de los 21.000 abonados actuales lo seguirá siendo después de introducir el abono de pago (Diario de Mallorca): Es normal que en la transición entre un sistema gratuito y uno de pago se pierdan abonados, pero también es normal recuperarlos poco a poco, si el sistema demuestra ser fiable. Además, hay que tener en cuenta que no todos los abonados son usuarios reales, es decir, que muchas personas que se apuntan al sistema luego rara vez hacen uso de él. Esto pasa especialmente en los sistemas gratuitos, por lo que a veces una parte de esta reducción de abonados responde a una eliminación del abonado sin uso.
- El Ayuntamiento justificó que el sistema siga siendo deficitario a pesar de dejar de ser gratuito (Diario de Mallorca): Por supuesto que lo es y no pasa nada por reconocerlo. Los ingresos por abonos cubren normalmente un porcentaje muy bajo de los costes y Palma de Mallorca no es una excepción. Lo que hay que hacer es asumir que la bicicleta pública tiene un coste (como otros servicios públicos) y justificarlo con resultados positivos.
- El préstamo dejará de ser totalmente gratuito para costar 50 céntimos a partir de los primeros 30 minutos (El Mundo-2): Medida lógica ésta. La mayoría de los préstamos de la bicicleta pública duran menos de 30 minutos, así que esta medida no perjudicará al usuario de movilidad diaria, sino sólamente al lúdico, mientras que contribuye a que haya una mayor rotación y disponibilidad de bicicletas.