Bicielx, la bicicleta pública de Elche, ha registrado en los primeros cinco meses del año 55.606 préstamos, mientras que en todo el año anterior se registraron 58.509 (Diario Información). Una razón para tan espectacular subida del número de préstamos es la ampliación del número de estaciones y bicicletas que tuvo lugar en marzo de este año. En ella se pasaron de 14 a 35 estaciones. Teniendo en cuenta que el número de estaciones se multiplicó por 2,5, era de esperar un aumento de préstamos similar, pero no por eso es menos positivo que hasta el momento se estén cumpliendo las estimaciones. Enhorabuena por esos resultados. Sin embargo, me gustaría apuntillar esta buena noticia con un mensaje que se está convirtiendo en machacón por mi parte. Dice el concejal de Transportes de Elche que «se están reduciendo las emisiones de dióxido de carbono en los recorridos que se realizan por nuestra ciudad [con bicicleta pública], que era uno de los objetivos de esta iniciativa». Muy bien el planteamiento del objetivo. ¿Entonces por qué no hacer los correspondientes estudios y encuestas que nos permitan medir ese éxito a través del porcentaje de usuarios viene del coche y medir así el ahorro real de emisiones. Ese paso más allá, esa vuelta de tuerca es el que necesita la bicicleta pública y el sistema lo haga ganará credibilidad con respecto al resto.
Esta no es la única buena noticia que nos llega desde Elche. Hace unos meses hablaba en un post sobre los incipientes conflictos entre peatones y ciclistas en el municipio. Pues bien, hoy me alegra leer lo siguiente: el Ayuntamiento de Elche ha empezado a preparar un plan de formación y seguridad dirigido a ciclistas y a la ciudadanía en general, ya que según su concejal de Tranportes, «la utilización de la bicicleta se está extendiendo y hay ocasiones en las que no se hace un uso adecuado» (Diario Información). Aparte de estas formaciones sería recomendable hacer una revisión a nivel legislativo e infraestructural para aumentar la seguridad vial en aquellos casos en los que los incidentes no se producen por culpa del usuario de la vía. Además, espero que se tengan en cuenta no sólo los conflictos bicicleta-coche, sino también los de bicicleta-peatón. He de reconocer que la reciente tendencia en ciudades españolas de transitar en bicicleta por aceras me preocupa ya que no ayuda ni a ciclistas ni a peatones. Como ya he dicho en alguna ocasión, el peatón el modo de transporte más sostenible y más débil y por tanto se debe hacer todo lo posible por proteger su espacio.