El sistema de público de alquier de bicicletas de Murcia ha ampliado recientemente su número de estaciones. Suma seis más, pasando de 10 a 16 (La Verdad). Con la excusa de esta noticia, me gustaría comentar el caso de Murcia, que es muy específico. En primer lugar, hay que decir que no se permiten préstamos unidireccionales, es decir, la bicicleta debe ser devuelta en el lugar donde se tomó prestada. Por lo tanto, como ya comenté otro post, en mi opinión no se trata exactamente de un sistema bicicleta pública sino de un alquiler de bicicletas de corta duración subvencionado.

Las bicicletas prestadas en Murcia. Foto: Ayto. de Murcia

Sin embargo, lo que realmente me gustaría comentar de Murcia es otra cosa: las estaciones no están al aire libre, sino que están en tiendas. Son los encargados de tiendas de bicicletas tradicionales los que, en colaboración con el Ayuntamiento, se encargan de prestar y guardar las bicicletas. Esta forma de proceder tiene cosas buenas y cosas malas. La parte positiva es que se reduce costes al evitar la electrónica del sistema y al reducir enormemente el deterioro y el robo de las bicicletas que están bien guardadas en la tienda. Además, de esta manera el usuario tiene más contacto con el pequeño comercio dedicado a la bicicleta privada, lo que puede animarle a comprarse una o empezar a usar la suya. La desventaja es que el sistema está ligado a horarios comerciales, lo que limita sus disponibilidad. Si a eso le sumamos que las bicicletas no pueden devolverse en otra estación, entonces el sistema podría resultar menos atractivo. No he encontrado cifras sobre el número de préstamos anuales, pero me gustaría verlas para saber si ganan los pros o los contras.