Hace unas semanas explicábamos en un post que el abono anual de Bicibur, en Burgos, dejaría de ser gratis en 2012 y que el impacto de los 50 euros de fianza y los 15 euros de cuota podría pasar factura al número de abonados. A mediados de enero, sólo 13 personas se habían decidido a pagar esa tasa. Pues bien, los malos augurios parece que se han cumplido.
El Diario de Burgos ha publicado recientemente que a estas alturas sólo 47 personas se han dado de alta en el sistema. El Samyt (Servicio de Accesibilidad, Movilidad y Transporte Samyt) atribuye la huida masiva de usuarios a que «enero y febrero son malos meses» para el servicio y a que los potenciales usuarios «están esperando que mejore la climatología». Sin embargo, el año pasado por estas fechas había 621 abonados, lo que significa un descenso interanual del 92%.
Bancada de sistema de préstamo de bicicletas Bicibur, frente al museo MEH de Burgos. Foto: Eltitomac. Wikipedia
El debate sobre si la bicicleta pública debe ser de pago o gratis es largo y complejo. Desde aquí podemos aportar algunos argumentos a favor y en contra de la bicicleta pública de pago:
A favor
+ En aquellos sistemas con problemas de financiación, la introdución de una tasa anual o el incremento del ésta puede ayudar diversificar las fuentes de ingresos y garantizar la supervivencia del sistema.
+ El «gratis total» hace que la gente no valore el sistema.
+ En sistemas saturados por una demanda excesiva de usuarios, las tasas anuales pueden ayudar a reducir la demanda (sobre todo de los usuarios intensivos) hasta niveles manejables.
En contra
– Como hemos expuesto en un post anterior, la bicicleta pública debe tener un precio razonable, pero no se le puede exigir que salga a un coste cero. Por otro lado, volcar en el usuario el grueso de los costes puede ser injusto. La cobertura del usuario debería aproximarse a la que se realiza para el resto de servicios de transporte público, es decir, no pasar de un 50%. Teniendo en cuenta la contribución a la promoción de la salud individual y colectiva y otros beneficios del uso de la bicicleta, se puede entender que la subvención sea mayor que para otros modos de transporte público.
– Es obvio que si un sistema deja de ser gratis o si aumenta de precio disminuirá el número de usuarios. En sistemas saturados puede ayudar, pero si el número de préstamos no es alto puede disuadir tanto de su uso que puede reducirlo hasta niveles peligrosos.
Si la decisión final es introducir o aumentar la tasa, es muy importante lo siguiente: 1) informar muy bien al usuario de las causas que llevan a cobrar por el servicio y 2) que la cantidad pedida sea equilibrada para que la contribución para el sistema sea significativa pero sin disuadir al usuario.
Vitoria ha suspendido finalmente su tradicional préstamo gratuito de bicicletas el 29 de febrero. Puesto que andan últimamente decidiendo qué tasa introducir en su sistema, sería deseable que tuvieran en cuenta estas consideraciones.
Pingback: Las dudas de Mallorca | La bicicleta pública en España