El Ayuntamiento de Pamplona ha dado a conocer a través de una nota de prensa los resultados de su sistema de bicicleta pública, N-Bici. Según el ayuntamiento en 2011 se produjeron 14.190 préstamos y se alcanzaron los 3.549 usuarios registrados (en el acumulado de los cuatro años que lleva en funcionamiento). Esto significa un incremento del 30% con respecto al año anterior en el número de préstamos y del 29% en el número de usuarios.
Hasta aquí, bien. Teniendo en cuenta que el sistema tiene 100 bicicletas, esto quiere decir que se producen 142 préstamos por bicicleta al año. No es el mejor ni el peor sistema en España en lo que a intensidad de uso se refiere. Puesto que los resultados muestran un incremento notable del uso (un 30%) podemos calificar esta noticia como buena.
Sin embargo, ha habido algo en la nota de prensa que me ha rechinado nada más leerlo. En el mismo titular puede leerse: «El uso de bicicletas de alquiler (…) evitó la emisión de 5.320 kg de CO2». Cuando se lee en detenimiento la nota de prensa se descubre que las bicicletas «recorrieron aproximadamente 35.475 kilómetros, distancia que, de haberse utilizado el coche, habría supuesto (…) la emisión de 5.320 kg de CO2». Para alguien que lleva años estudiando la bicicleta pública este lenguaje tramposo es una decepción. Como ya todos sabemos a estas alturas, y como bien mostró la presentación de GESOP en las 3ª Jornadas de la Bicicleta Pública, la mayoría de los desplazamientos de la bicicleta pública no vienen del coche, sino del transporte público y del peatón. La bicicleta pública puede contribuir positivamente a la movilidad sostenible, pero en su justa medida. Así que, por favor, seamos precisos mostrando el porcentaje de ususarios que vienen del coche en cada sistema y desterremos del todo esta publicidad engañosa que pensaba que ya habíamos dejado atrás.